Sobre mi «fantabuloso» 2012 y mis planes para 2013.

El primer post de 2013 de la autora romántica Patricia Sutherland, una persona a la que le gustan los finales -aunque no suene nada romántico-, porque le gustan mucho más aún los principios. Para ser precisos, le chiflan :)

Y si normalmente es así, por más duras que se hayan dado las cosas, en 2012 no podía ser de otra manera; ha sido un año increíble de principio a fin. Incluso, después de haber anunciado que cerraba el ordenador hasta pasado Reyes, seguí recibiendo notificaciones y etiquetas con más buenas noticias de las que te hablaré en otra entrada. Así que cuando un final es así de bueno, resulta inevitable pensar en lo que vendrá, y hacerlo con una sonrisa expectante y feliz.

2012 me trajo los primeros Top 10 de Princesa, las primeras presentaciones, mi primera Feria del libro de Madrid firmando sin estar oficialmente convocada para ello, un montón de nuevas (y excelentes) reseñas, mis primeros Fan-Art, ¡hasta ganar un premio romántico y la nominación en otro! Y sin olvidar, claro, la nueva edición de mi serie Sintonías que tuvo una acogida extraordinaria… Muchos momentos M, todos emocionantes, todos entrañables, sobre los que no me extenderé; puedes contagiarte de un poquito de su inmensa magia siguiendo los enlaces.

En cambio, sí quiero dedicar unas líneas a la mayor sorpresa que me deparó 2012; el grupo ¡¡¡PON UN DAKOTA EN TU VIDA!!! Me refiero a las «Bollitos«, sí.

Fue una emoción tremenda saber que existía un club de fans dedicado a un personaje inventado por mí. Me resulta difícil describir lo que se siente al saber que un hombre de ficción que yo he creado despierta tanta admiración, tanta pasión, tanto interés… Pero créeme cuando te digo que es mucho más difícil aún describir lo que ha supuesto ver cómo el grupo ha ido creciendo día a día y sentirme tan acompañada, tan apoyada y tan querida por unas mujeres… increíbles. No hay otra palabra que las describa mejor. Son mi recarga de pilas mañanera, las que han hecho posible con su apoyo varios de los logros de 2012, la razón de más de una decisión literaria que he tomado este año, y si creyera en ello, también podría decir que son mi inspiración. Me considero por encima de todo una persona agradecida, así que mis GRACIAS con mayúsculas de 2012 van dedicadas a todas mis lectoras, y muy especialmente, a las Bollitos. Como lo diría Dakota — ¡¡¡Niñas, sois la caña!!! ;)

Tengo la sensación, casi certeza, de que 2013 será un año alucinante, pero ya sabes que me gustan las sorpresas, así que dejaré que la vida me sorprenda mientras yo me ocupo de dar forma a mis objetivos para este nuevo año.

¿En qué pondrá su atención Patricia Sutherland en 2013? Básicamente, en estas tres cuestiones:

  1. Ampliar la distribución y disponibilidad de mis libros, tanto en digital como en impreso: ¡grandes planes en este apartado a nivel nacional e internacional de los que ya te iré informando!
  2. Conocer más de cerca y más en profundidad el mundo editorial, para lo cual tomaré parte en un curso al que le tenía muchas ganas desde hace tiempo: ¡muy ansiosa y expectante sobre este tema!
  3. Publicar más. No hablaré de números ni de fechas, sabes que no me gusta, pero la idea es subcontratar (cada vez más) procesos editoriales para así liberar mis dedos (y mi mente) y emplearlos en darte más bocaditos románticos anualmente a los que hincarles el diente…

¡Y por supuesto, en complacer a las lectoras de Princesa, y darles su tan ansiada «continuación» !

Como ves, planes importantes y grandes expectativas, así que te dejo hasta la próxima que hay mucho trabajo por hacer…

Ah, que casi me olvido ¡Feliz Año Nuevo! ;)

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Sobre el amor, los tipos de personalidad… y mi nuevo héroe romántico – II Parte.

La pequeña encuesta que abrí la semana pesada acerca del tipo de personalidad dominante de Brian «Evel» Rowley me ha demostrado que, a pesar de ser un personaje secundario de Princesa, las lectoras lo tienen muy bien «calado».

Sé que ha habido algunas dudas, y esto se debe a que su segundo tipo -el que no es dominante- tienen un peso importante en el «mapa de su personalidad».  Peeero, solo una domina y si has votado «Negociador«, ¡has hecho pleno!

Ahora bien, hablando en plata, ¿cómo se traduce esto en la realidad? ¿Cómo es, en unas cuantas pinceladas, mi nuevo protagonista?

Evel es…

  • afectuoso y muy empático. Tiene, por un lado, la capacidad de captar los sentimientos/necesidades de otra persona, y por otro lado, la capacidad para responder adecuadamente a esos pensamientos o necesidades, para «conectar» con esa persona. Es de los que siempre intentan «echar un cable» (y casi siempre lo consiguen).
  • un tipo muy imaginativo, algo que expresa con mucho éxito en sus actividades empresariales -¿recordáis que tiene un próspero taller de tunning?-, pero no solo en ese tipo de actividades ;)
  •  superintuitivo. Tiene lo que las mujeres llamamos sexto sentido, y además, con los años, ha aprendido a confiar en ese don. Los grandes errores de su vida -los que más lamenta-, son consecuencia de no haber hecho caso a su intuición.
  • un hombre que busca a su pareja ideal, alguien con quien pueda conectar de forma intensa y profunda a todos los niveles. Necesita esa conexión para sentirse completo y, por lo tanto, las relaciones superficiales lo dejan bastante «frío». A diferencia de Dakota, para Evel el sexo no es algo casual. En consecuencia…
  • es un hombre muy romántico, de los que planean con detalle y mimo, de los que «construyen el momento» , de los que siempre se implican a tope.

¡Vaya tío!, dirás, ¿tiene algún defecto? Por supuesto. Todas las grandes cualidades humanas tienen su contrapartida, y no hay que olvidar nuestros propios errores de ejecución. Tratándose de uno de mis protagonistas, puedes dar por hecho que Evel será muy humano, para lo bueno y para lo malo. Que tendrá defectos -en plural-. Y sí, que se equivocará…

Y hasta aquí puedo leer ;)

Bueno, bah… Leeré un poquito más. Ya que no tengo caramelos o dinero…

«… El conserje la recibió con una sonrisa antes siquiera de que Abby abriera la boca. No pudo evitar preguntarse si la sonrisa era puro oficio… O una indicación de que la había reconocido. Prefirió no responderse y agilizar el asunto.

Buenas tardes… ¿Podría dejarle esto? Es para… Abby, de pronto, se quedó en blanco. ¿Cuál era el nombre del amigo de Dakota? Brian algo. Vale. ¿Cuál era su piso? Ah, sí: el primero derecha.

El hombre tomó el sobre de sus manos.

La recuerdo, señorita. Se refiere al Sr. Rowley. Efectivamente, su apartamento ocupa la primera planta la miró con una sonrisa amable en el rostro—. Haré que se lo entreguen de inmediato.

¿Ocupaba la primera planta? ¿Toda la planta? […] Estaba claro que Evil -¿o era Evel?- era un niño rico que iba de chico malo con su peinadito punky y cubierto de cuero de la cabeza a los pies. Pues no daba el pego; ese tenía de malvado 1 tanto como Dakota de estiloso. Y después de todo, ¿a ella qué puñetas le importaba? Sus propios desvaríos la ponían de mal humor.

Iba a marcharse cuando una voz la dejó clavada al suelo. Y de un humor de perros.

Ya estoy aquí, Thomas, gracias.

Buenas tardes, Sr. Rowley.

Abby respiró hondo y se dio la vuelta con resignación. Vio que el motero “demonio” dejaba el casco sobre el mostrador y empezaba a abrir el sobre.

Sacó el contenido. Tras leer el pósit, Evel lo arrugó y lo tiró en la papelera. Guardó el billete de veinte libras en la cartera, cogió el casco y se acercó a Abby.

De nada —le dijo en respuesta a la escueta nota que había arrojado a la papelera. Tan escueta que solo contenía una palabra: “gracias”.

Ahora, sobria y despejada, él le pareció aún más grande. Iba pulcro y perfumado, como si acudiera a una cita. El corte lo llevaba perfecto. Ni un pelo fuera de sitio. La pequeña cresta -en realidad, se trataba del flequillo moldeado hacia arriba con fijador- tenía tal simetría que parecía hecho con un cartabón, y no lo llevaba teñido sino de su color natural, un castaño oscuro. Era un corte corto, que dejaba las orejas a la vista. Lo que de paso, le permitió comprobar que llevaba un diminuto pendiente de piedra en el lóbulo izquierdo.

En otras palabras, el motero demonio se iba de ligoteo y totalmente “equipado” para matar.

La exploración visual de Evel fue más al grano; se sabía a Abby de memoria y distinguió, sin ningún problema, el único detalle que no tenía registrado. Sus ojos evaluaron la delicada joya que adornaba su nariz.

Una preciosidad de piercing para una preciosidad de mujer”, pensó.

Abby se percató de la mirada y apartó la suya con una mezcla de incomodidad e impaciencia. Demasiado silencio. Demasiadas miraditas. Uf, cuánto mal humor…

Vale. Me voy —dijo ella cuando ya lo estaba haciendo.

Evel también se dirigió a la salida. Aprovechó la ocasión para explorarla por detrás. Le resultaba novedoso que no vistiera de negro. Y no era que su versión gótica no le gustara, todo lo contrario, pero esta versión colorista le gustaba más. “Más” tirando a mucho.

La profusión de colores disimulaba los kilos que había perdido, pero no lo bastante para pasar desapercibido a alguien observador. Lo que unido a lo demacrado de su cara, y a lo sucedido aquel viernes por la noche, revelaban que ella no estaba pasando por un buen momento.

A pesar de todo -delgadez, palidez, mal humor…-, concluyó, su carrocería era de diez.

Entonces, la vio sobresaltarse, y hasta turbarse un poco, cuando el portero del edificio le abrió la puerta, y no pudo evitar sonreír; las reacciones de Abby tenían aquel punto inocente, espontáneo, de los niños…”

(1) Evil significa: malvado, maligno, demoníaco.

¡Ahora sí que no «leo» más! ¿Qué? ¿Truco o trato?

¡Feliz Haloween! ;)

Sobre el amor, los tipos de personalidad… y mi nuevo héroe romántico.

Y que conste que esta vez ES un héroe (no un anti-héroe, como mi último chico, el motero malote)

Cuando en las entrevistas me preguntan por el tipo de libros que leo, siempre digo que la ficción ocupa una pequeña parcela. La mayor, la ocupa la no-ficción, y dentro de ella, los libros relacionados con temas relacionados con la antropología, la psicología y la sociología. Y aunque, a priori, te pueda parecer increíble, son ellas las que responden cuestiones que luego reflejo en mis novelas, y a la vez, disparan ideas que abordar en nuevos proyectos. Cada loco con su tema, ¿eh? ;)

El asunto de los polos opuestos me resultó siempre muy atractivo, e intentar entender cómo era posible que personas con formas diferentes de ser, ver y entender la vida pudieran formar un tándem, me llevó a leer mucho sobre el tema. El argumento de Princesa volvió a ponerlo sobre la mesa. Entonces, documentándome para la novela, llegué a un libro que me encantó Why Him? Why Her? Finding Real Love by Understanding Your Personality Type(1) de la antropóloga norteamericana Helen Fisher. Me resultó tan interesante y tan útil en la construcción de mis personajes, que escribí un artículo sobre el tema. Apareció publicado en el número 11 (Marzo-Abril 2011) de la Revista Romantica’S. Si eres de las que completan los «tests» que aparecen en las revistas femeninas, te recomiendo que lo leas completo. Este es el enlace al mismo artículo reproducido en mi web.

La razón de que hoy haya desempolvado este tema es Evel, el protagonista de mi nueva novela. Tenía curiosidad por comprobar en qué tipo de personalidad, de los cuatro definidos por la Dra. Fisher, encajaba mi nuevo motero. Y ahora tengo curiosidad por saber en cuál crees tú que encaja. Si has leído Princesa sabes suficiente de Evel para opinar con conocimiento de causa… Y si no la has leído (¿a qué esperas? ;)), anímate… ¡arriesga un pronóstico! Quizás aciertes ;)

El artículo ofrece unas características generales de cada uno de los cuatro tipos y si has leído Princesa, verás con claridad en cuál encaja Dakota. ¿Qué, arriesgas una opinión sobre el tipo de personalidad predominante de Brian «Evel» Rowley? ¿Quieres jugar conmigo?

Venga, ¡¡¡¡a votarrrrrrrrrr!!!! 

(1) No se ha publicado en castellano, pero el título traducido sería algo así como «¿Por qué él? ¿Por qué ella? Entender los tipos de personalidad para encontrar el amor verdadero».