Primero fue Sony lanzando la primera versión de su Lector Digital, luego Amazon.com, a finales del 2007, sacándose de la manga su lector «Kindle», un aparatito liviano del tamaño de un libro de bolsillo, capaz de almacenar 200 títulos de una selección de más de 110.000 disponibles…
Con el advenimiento de novelas cortas de autoras best seller de romántica en formato electrónico de Harlequin y de las novelas ilustradas de MyRomaceStory.com, el futuro digital del género ya esta aquí.
Y como era de esperar el debate acerca de si con él se inicia el final del futuro del libro escrito, está servido. El suplemento Babelia del periódico El País dedicó un extenso reportaje al tema en su edición del 15 de Marzo pasado, titulado «Literatura sin Papel». No fue el único, poco meses antes ya lo había hecho indirectamente aquí, cuando salió al mercado el lector de Amazon.
¿Pero realmente existe tal debate? Personalmente, no lo creo. Por lo menos, no aún. No creo que haga que la gente que no lee, empiece a leer ya que cualquiera de estos aparatitos cuestan un buen dinero, y desde un punto de vista tecnológico todavía no son lo que deberían llegar a ser para competir seriamente con el libro impreso. Más información sobre el tema aquí.
Tampoco creo que quienes somos asiduos compradores de libros convencionales, dejemos de comprarlos. La posibilidad de acceder a la versión electrónica, no sustituye el placer que supone echarse en el sofá con un buen libro en las manos. De la misma forma que poder comprar y escuchar canciones individuales de tu artista favorito en tu IPOD, no sustituye el placer de tener todos sus cedés y deleitarte escuchándolos en el potente equipo de música que tienes en el salón de casa. Sólo añade más posibilidades al disfrute: allí donde vayas, será mucho más fácil llevarte contigo unas cuantas cosas que te gustan.
Especialmente en el caso de los libros, incluso es posible que fomente la compra en las dos versiones. Aún no me he hecho con uno de estos lectores digitales, pero desde hace un par de años, siempre que un libro que me interesa está disponible en versión impresa y electrónica, compro las dos. Y ahora, que autoras importantes de romántica se suben al tren ofreciendo sus títulos también en versión digital, estoy segura que no seré la única.
Habrá que ver qué nos depara, a aficionadas y escritoras del género romántico, el futuro… digital.