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¡Comienza el Especial Jera Romance Navidad!

Llega diciembre y las luces navideñas se encienden en Jera Romance para celebrar un nuevo Especial de Navidad, ¡el DOCEAVO!, a través del cual puedes adquirir los libros de la autora romántica Patricia Sutherland a precios de rebajas de enero.

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Si me sigues, sabes que son eventos más especiales para mí de lo que su nombre sugiere, que me gusta planificarlos con mimo y casi siempre me las arreglo para incluir alguna sorpresilla. Este año tiene que ver con la creación de una nueva colección romántica, Jera Romance Shorties, que albergará mis relatos e historias cortas  y que acabo de inaugurar con la publicación de los Momentos Especiales – Dakota & Tess y los Momentos Especiales – Pau & Tina. 

Me hacía mucha ilusión que las lectoras amantes de los «libros que huelen» también pudieran tener mis «shorties» en su biblioteca, ¡y ya pueden hacerlo! ❤️

Hasta el 15 de diciembre inclusive, te doy la oportunidad de adquirir mis novelas a precios fenomenales y en el caso de las versiones impresas, dedicadas por mí, con marcapáginas de regalo ¡y SIN gastos de envío!

Así que si te gustaría hacerte con alguna (¡o varias!) de mis novelas para ti o para regalar, no lo dudes. ¡Guardo las mejores ofertas para los Especiales, aprovecha!

Especial Jera Romance Navidad

(enlace editado por fin de promoción)

Ah, muy importante: ¡solo hasta el 15 de diciembre inclusive!

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El último mejor lugar, Extractos románticos

¿Y qué tal un poquito de romance?

«… Era el primer día del nuevo año y el último de Patty en Camden y, al igual que había sucedido con los días anteriores, este también estaba programado al minuto para aprovecharlo al máximo. El siguiente plan del día tendría lugar en casa de Troy, así que Patty se puso su parka salió de casa. Estaba vacía a aquellas horas, ya que toda la familia continuaba reunida en casa de John y Eileen, como todos los domingos. Pronto volvió sobre sus pasos a recoger los tres táper con restos de la opípara cena que Eileen había regalado a la familia la noche de fin de año y reanudó el camino acompañada por Snow. El animal miraba con más interés del recomendable los contenedores de plástico transparente cubiertos por tapas de distintos colores que su ama llevaba en las manos. Era un hermoso macho de raza Husky, con todo el pelo blanco como la nieve, que había recibido como regalo de Mark la Navidad de 2005, su primera navidad en el rancho.

—Ni lo sueñes, que luego te da diarrea. Como mucho, catarás un trozo de carne —anunció Patty. Rió cuando la mascota aceptó de buen grado el ofrecimiento con un aullido.

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Al oír el característico sonido de una bocina que emulaba el mugido de una vaca, Patty volvió el rostro para mirar al ex jinete con una sonrisa casual, como si fuera totalmente inmune a los evidentes encantos del hombre en quien sus ojos se regodeaban sin pudor.

—¿Te llevo a alguna parte, preciosa? —flirteó Troy con tan poco pudor como ella. Patty echó una mirada desconfiada a la furgoneta del año de la pera. Cada vez que él pasaba acelerando, metiendo tantísimo ruido con aquel engendro, intentando acaparar miradas, una parte de ella temía que en cuestión de segundos, las fijaciones cedieran por la vibración y partes de la chapa salieran volando en todas direcciones. No podía evitarlo.

—Mmmm, mejor déjalo. Creo que voy más segura a pie.

—Qué dices. A mi furgo no le pasa nada, desconfiada. No será tan cool como la tuya, pero tiene su encanto.

Boy, su perro, que iba sentado en el asiento del copiloto pareció corroborar las palabras de su amo con un ladrido.

Encanto, ya.

—A un vehículo que no tiene suspensión, ni casi frenos, ni calefacción, ni asientos decentes no se le llama “encanto”, Troy. Se le llama “patata”. Aquí y en Narnia.

Para entonces, Patty había entrado en la pequeña selva que Troy tenía por jardín, seguida de él, que había aparcado su patata a pocos metros, mientras sus respectivos perros ensayaban carreras juguetonas por los alrededores. A veces pasaban a su lado tan cerca que parecían a punto de chocar.

—Pues que sepas que esa patata tiene una lista muy larga de interesados —Troy metió la llave en la cerradura y volvió la cara para mirar con picardía a su chica que estaba apoyada contra la pared, a su lado—. Y el piloto también.

Casi dos metros de hombre, con unos ojos que a veces eran color avellana y otras verde y una sonrisa que quitaba el hipo. Que la lista de interesadas por el piloto era larga, no tenía la menor duda. Empezando por ella, claro. Sobre la patata, no. ¿Quién iba a querer esa carraca del año del catapum?

Él abrió la puerta y la dejó pasar primero. Ninguno apartó la mirada del otro ni dejó de sonreír.

—Ya será menos, vaquero —dijo ella. Siguió camino hasta la cocina donde guardó los táper en la nevera como si tal cosa, a pesar de saber perfectamente que no estaba sola. Él la había seguido, por supuesto. Y ahora, apoyado contra el marco de la puerta, con los brazos cruzados sobre el pecho, la miraba con aquella sonrisa seductora que a Patty le llenaba el vientre de mariposas.

—Es lo que es, nena. Y me lo has dicho tú. Esta mañana me has dicho “eres el mejor”.

Tercera alusión indirecta al tema “carantoña”, pensó Patty. Las dos anteriores las había desviado, muy hábilmente, por cierto, y eso, exactamente, era lo que pensaba hacer ahora.

Lo miró con su sonrisa casual.

—¿Y tú haces caso a todo lo que te dicen? Es un tanto ingenuo de tu parte, ¿no crees?

Troy se echó a reír. Menudo farol.

Abandonó el marco y se aproximó a su chica con las manos en los bolsillos de los vaqueros.

—¿Viniendo de ti? Puedes apostar tu precioso culito a que sí. Lo que tú me dices va a misa —Patty bajó la cabeza sin dejar de sonreír. De tanto en tanto lo miraba de reojo mientras él continuaba hablando—. Y además, había público. Y qué público, guapa. Me tomaste la cara y me besaste delante de tu padre y de tu abuelo. Por supuesto que me lo creo.

—Mark no es mi padre ni John es mi abuelo —fue la respuesta de Patty.

Él avanzó un poco más. Despacio, con tino. Dándole margen para ver cuáles eran sus señales físicas. Las distancias cortas no eran un terreno fácil con ella. Era arisca, reacia al contacto. Especialmente si venía de un hombre. Nunca hablaba de su pasado durmiendo en las calles, ni de su infancia junto a un progenitor proclive al alcohol y a los castigos corporales, pero las secuelas estaban allí, a la vista.

—Significan mucho más para ti que si fueras de su misma sangre. —Sonrió—. Y tú lo sabes. Me besaste delante de las dos personas que más veneras en el mundo. Claro que soy el mejor. Soy buenísimo.

Ambos rieron durante unos instantes, pero Troy era muy consciente de cómo bailaba su corazón en el pecho.

Estaban manteniendo esa clase de conversación, esa que él necesitaba más que el aire. Además, el lenguaje corporal de Patty continuaba siendo receptivo a su acortamiento de la distancia. La sensación de estar a un suspiro de besarla, de rodearla con sus brazos y hablar en susurros de sentimientos, de estar juntos, era tan real…

Pero en una confirmación más de que junto a ella había que esperar lo inesperado, Patty se apartó. Volvió a abrir la nevera, sacó dos botellines de cerveza, uno de los cuales le entregó a él. A continuación, pasó a su lado en dirección al salón al tiempo que decía:

—Me pregunto por qué los tíos sois tan noveleros. Fue un casto besito en la mejilla, como los que te da Dean cada vez que te tiene a tiro, no un beso beso. Y además, ¿qué si te hubiera besado? ¿Qué tendría de “¡¡ohhhhh, me ha besado!!? —Lo miró de reojo, burlona y seductora al mismo tiempo—. Que sepas que hay una lista muuuuy larga de hombres a los que he besado.

“Pero ninguno te importaba para nada y yo sí te importo”, pensó él. Sin embargo, no lo dijo. Se dejó caer en el sofá a su lado y le dio un buen sorbo a su cerveza. Su rostro continuó mostrando que estaba disfrutando del momento tanto como ella. Porque, en el fondo, sabía que estaba derribando sus murallas. Y sabía que ella también lo sabía.

—Sí que fue casto —admitió él. Otra sonrisa ladeada que Patty no pudo más que contemplar extasiada—. Ahora estamos solos… Así que no tiene por qué ser casto… Puede ser supercaliente, de esos de película. —La miró sonriente—. ¿Qué te parece, te apuntas?

Ganas no le faltaban, desde luego. Lo besaría hasta hartarse y como eso jamás sucedería, en cincuenta años continuaría devorando aquellos labios de terciopelo, tan hambrienta como el primer día. Pero eran tantas las cosas que quería hacer junto a él y tan poco el tiempo de que disponían… Las dos semanas de vacaciones de Navidad habían pasado volando. Por la mañana, pondría rumbo a Fayetteville otra vez. A la misma rutina de universidad por la mañana y trabajo por la tarde. A tener a Troy a cuentagotas, a través de mensajes de texto y ratos minúsculos de charla nocturna antes de que los dos se fueran a dormir. Solos. Separados por casi quinientos kilómetros. Y así un día y otro, y otro más… Esperando la próxima ocasión de estar juntos, de perderse en sus preciosos ojos que a veces eran pardos y otros, como ahora, de un increíble verde oliva, de hacer el amor con él, de sentirlo muy dentro.

—Tenemos un plan, ¿recuerdas? Si empezamos a morrearnos⁠1 tan pronto, acabaremos como acabamos siempre.

Troy movió las cejas sensualmente sin perder la sonrisa.

—¿Y qué tiene de malo acabar como siempre? Nos lo montamos de miedo.

Exacto. Se lo montaban tan de miedo que escasamente lograban hacer otra cosa más que “montar”. Cosas normales y necesarias como comer o dormir o pasear pasaban de ser normales a suceder a salto de mata… Volver a estar juntos, físicamente, después de tanto tiempo separados era, de por sí, puro vértigo. Que el sexo que compartían fuera tan bueno, los transformaba en una especie de adictos, aprovechando cualquier rincón a cubierto de miradas curiosas, buscando la oportunidad de volver a fundirse en un abrazo y darle gusto al cuerpo. Y cuanto más se tenían, más necesitaban volver a tenerse en un bucle sin fin. Pero no solo se trataba de sexo.

Patty no respondió. Continuó mirándolo sin decir nada, lo que constituyó suficiente respuesta para Troy. Él sonrió, se puso de pie y tomó la mano de su chica.

—Vale, entonces, sigamos con el plan del día. Venga, perezosa, a cocinar —dijo animado, al tiempo que la ayudaba a ponerse de pie.

Troy enfiló para la cocina llevándose a Patty consigo. Pensó con resignación que estaba claro que tendría que ponerse el delantal de cocinero y hacer los deberes antes de poder disfrutar del postre.

Fue entonces, cuando la sonrisa retornó a la cara femenina. La verdad fuera dicha, le encantaban los modos de Troy. Era impuntual, desordenado y un adicto al trabajo, trabajo con el que Patty solía sentirse en una competencia eterna, lo cual la enfadaba muchísimo. Pero cuando al fin podían estar juntos y disfrutar de tiempo libre, él le demostraba una y otra vez que dominaba cada día mejor el arte de manejarse con ella. Era muy hábil. Y eso era algo que Patty valoraba en un hombre. Algo que la seducía hasta extremos insospechados.

“¿Ves?”, pensó ella, “ahora sí que te daría un beso de película”. …»

1 Morrear: (coloquial, vulgar) besar en la boca de forma insistente o prolongada.

© 2016. Patricia Sutherland
El último mejor lugar.
Capítulo 1 (fragmento)

Dos seres muy distintos que, sin embargo, encajan a la perfección. Una mujer de armas tomar, un ex jinete de rodeos que quita el hipo y tres peluditos maravillosos que te robarán el corazón. ¿Se puede pedir más? ;)

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Disponible en impreso y en digital

Mis novelas, Novela romántica, Promociones

Especial Jera Romance Navidad y ya van…

Llega diciembre y las luces navideñas se encienden en Jera Romance para celebrar un nuevo Especial de Navidad, ¡el DÉCIMO!, a través del cual puedes adquirir los libros de la autora romántica Patricia Sutherland en packs de 1, 2 y 3 novelas a precios de rebajas de enero.

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Si me sigues, sabes que son eventos más especiales para mí de lo que su nombre sugiere. No es solo cuestión de promociones, de permitir que mis lectoras puedan hacerse con historias que sé que les encantan, con una dedicatoria personalizada y encima a precios superatractivos. Para mí lo «especial» de estos especiales tiene que ver con el cariño y con la ilusión de conectar con mis lectoras a otro nivel, de tomarme unos instantes para pensar en la persona a quien estoy a punto de dedicarle uno de mis libros e imaginar la alegría -o incluso, la emoción- con que lo recibirá. Ver su sonrisa en mi mente y pensar «¡qué maravilla!». Son momentos que no cambiaría por nada.

Por eso me gusta planificarlos con mimo y casi siempre me las arreglo para incluir alguna sorpresilla (¡qué le voy a hacer; me encantan las sorpresas!). En este caso tiene que ver con la publicación en versión impresa de un título que no tenía previsto que formara parte de la Colección Jera Romance.

Me refiero a las «Secuencias nuevas» de El último mejor lugar, algo que nació como un regalo para mis seguidoras de Románticas y que ha acabado en la imprenta a petición de las lectoras que coleccionan mis libros en papel. ¡A veces, las sorpresas me las llevo yo! 😉

Si has leído El último mejor lugar ya sabes a qué me refiero. Si aún no lo has hecho… ¿a qué estás esperando?  Tanto en un caso como en el otro, quizás te interese saber que forman parte del Especial Jera Romance Navidad 2016, del que encontrarás toda la información aquí:

Especial Jera Romance Navidad

Ah, muy importante: ¡solo hasta el 11 de diciembre inclusive!

Promociones

Especial Jera Romance Feria del libro 2015.

Y llega la segunda súper promoción anual para libros impresos de Jera Romance, el Especial Jera Romance Feria del libro 2015.

No creas que me olvido que una parte de mis lectoras prefieren los libros de toda la vida y que incluso aunque por cuestiones de inmediatez me lean primero en digital -¡la ansiedad es muy mala! ;)-, quieren tener mis libros también en versión impresa. No me olvido en absoluto, y si estás entre las que aman el olor a libro, esta promoción puede interesarte.

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Especial Jera Romance Feria del libro 2015

 

Hasta el 14 de junio inclusive, podrás adquirir TODAS las novelas impresas de la colección Jera Romance, a precio de escándalo, y si no, fíjate:

  • Puedes adquirirlas por títulos individuales (Suscripción Plata) o en la combinación que prefieras en packs de 2 (Suscripción Oro) ó 3 novelas (Suscripción Platino),
  • solicitarlas dedicadas especialmente por la autora. Un regalo súperespecial para una amiga o para ti misma, ¿no crees?
  • Por supuesto, puedes elegir el medio de pago: con tarjeta (Paypal) o en efectivo. ¡Perfecto!
  • Y este año, además, las Suscripciones Platino recibidas tendrán un regalo extra: ¡Volveré a ti, la génesis de la serie Sintonías que muestra a los protagonistas en sus dulces 16!
  • Promoción solo disponible en España.
  • Entrega por mensajería urgente, excepto Suscripción Plata Nouvelle, con servicio de 24-48 horas para destinos peninsulares, y por correo postal para envíos insulares con un servicio de 3-6 días.

Promoción abierta hasta el 14 de junio de 2015 a medianoche.

Pincha este enlace para beneficiarte de esta SUPER promoción.

2. Harley R., Novela romántica en español, Serie Moteros

Harley R., su versión en papel y más cositas.

La semana pasada he hecho pellas en el blog, pero no por pereza sino por exceso de trabajo y de alucine. Trabajo; por las ediciones impresas de mis libros que dan tantísimo trabajo (y algún que otro disgustillo), y alucine porque si la acogida que Princesa tuvo en su momento, me pareció increíble, la acogida de Harley R. es infinitamente mejor. Alucine total. Lisa y llanamente.

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Y para que veas que no estoy exagerando nada, aquí puedes leer las cuatro magníficas reseñas que ya tiene en su haber, y aquí algunos de los comentarios que las lectoras me han ido dejando en FB a lo largo de la semana. También he recibido muchos emails, pero esos seguirán siendo «solo para mis ojos». Teniendo en cuenta que Harley R. es una novela de 524 páginas de extensión, comprenderás lo sorprendida (y honrada) que me siento ante el aluvión de opiniones tan fabulosas.

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Sé que algunas lectoras no han hecho buenas migas con los ebooks, y si perteneces al grupo de las amantes del libro impreso, estoy segura que te gustará saber que Harley R. ya está disponible en Amazon y en Create Space. Aquí te dejo algunos enlaces:

Harley R., en CreateSpace Store

Harley R., en Amazon.com

Harley R., en Amazon.es

También te anticipo que a finales de esta semana comienza el Especial Navidad Jera Romance que todos los años pongo a disposición de mis lectoras para que tengan la oportunidad de conseguir mis libros impresos a muy buen precio y dedicadísimos.

Si eres de las que prefieren las librerías «de toda la vida», aunque con bastante retraso respecto de mis previsiones originales (y por causas ajenas a mi voluntad), Harley R. también estará pronto en mis «librerías asociadas». De ambas cosas te avisaré puntualmente.

Y si eres propietaria de uno de los comentarios o reseñas a los que me refiero más arriba, que sepas que me has hecho el mejor regalo de Navidad que he recibido jamás. ¡Un millón de gracias!