Una buena novela romántica no es ningún cuento de hadas, es una instantánea del amor en su mayor expresión.
Podría haberlo dicho yo, lo suscribo plenamente, pero son palabras de Brenda Novak, una escritora norteamericana de romántica con varios best sellers de la que solamente he leído este artículo. Y si le dedico espacio en mi blog es porque me pareció importante lo que dice en él.
De las muchas y variadas críticas que se hace a este género, quizás la más común es que no es «realista», que habla de amores que sólo existen en los cuentos de hadas. ¿Pero acaso no sería más realista reconocer que algo tendremos que ver en que nuestras historias de amor personales sean tan… insatisfactoriamente reales? ¿No será, como dice Novak, que la mayoría de nosotros aún no hemos aprendido a hacer que el amor dure?
Aún, es la palabra clave aquí.
«…¿Cómo serían nuestras vidas y nuestras relaciones si fuéramos capaces de dar exactamente la clase de amor que deseamos recibir?…»
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