Princesa, un recordatorio y un bocadito para el gusanillo romántico

A poco más de dos semanas para que comience el «pase privado» de Princesa, creo que puedo decir, sin temor a equivocarme, que estoy de los nervios :)

Hace casi un año que publiqué los primeros extractos de esta novela romántica, y entonces, claro, no podía imaginar que pasarían tantos meses antes de que pudiera ver la luz. Como seguro imaginarás, se me ha hecho interminable. Pero bien está lo que bien acaba, y en este caso la alegría vale el doble porque a la satisfacción de plasmar en papel una historia que sólo vivía en mi mente, se suma la forma en que Princesa se dejará ver, de principio a fin, solamente ante treinta lectoras, como tú, a modo de regalo de Navidad. ¡Cómo disfruto con las sorpresas! Cada vez que lo pienso, mi sonrisa va de oreja a oreja…

Pero, como decía al principio, todavía quedan unos días para que  Jera Romance publique los dos primeros capítulos abiertos a lectura -y por tanto, para que yo pueda enlazarlos desde aquí-, así que hoy te traigo un recordatorio y un bocadito de Princesa para contentar al gusanillo romántico, ¿vale?

Primero, el recordatorio.

El enlace de inscripción para el «preestreno» de Princesa aparecerá en el próximo número del boletín de Jera Romance que sale el próximo sábado (11 de diciembre). ¡Todavía estás a tiempo de participar! Si no estás suscripta al boletín, puedes hacerlo aquí.

Y ahora, el bocadito :)

¡Que lo disfrutes!

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«…Londres le gustaba. Especialmente, tras un buen aguacero como el que había despertado aquella mañana, que la había obligado a posponer su sesión diaria de footing hasta bien entrada la mañana. Aquellos chaparrones limpiaban la atmósfera habitualmente cargada de la ciudad y llenaban el aire de aquel aroma tan refrescante… que casi se olvidaba del otro inconveniente inevitable… La ráfaga húmeda interrumpió los pensamientos de Tess, y añadió diminutos lunares color barro a su inmaculado conjunto rosa.
Casi se olvidaba, sí… Hasta que algún conductor desconsiderado le recordaba las desventajas del Londres lluvioso.
Y no se trataba de cualquier conductor, observó trás recuperarse de la sorpresiva ducha y ver que el vehículo -una moto roja que le era muy familiar- torcía a la derecha pocos metros más adelante, en la entrada de garaje de la casa de los Taylor, sin hacer el menor ademán de ofrecer una disculpa. Era como si no se hubiera percatado de que la había salpicado.
O como si no le importara…
—¿Pensando en las musarañas? —oyó que Dakota le decía cuando ella pasó frente a su casa. Lo escuchó perfectamente a pesar de que, como era habitual cuando salía a hacer deporte, llevaba su Ipod conectado.
Él se había quitado el casco, y continuaba sentado sobre la moto, acelerándola por momentos, y la seguía con una expresión en su mirada que dejó claro sus intenciones.
O como si lo hubiera hecho ex profeso, el muy canalla.
Tess se limitó a volver la vista al frente, y recorrer los escasos dos metros que la separaban de su casa. Entonces, ante la persistente mirada de Dakota que no la abandonó en ningún momento, ella abrió la portezuela roja y continuó camino por el sendero de laja.
El tejido elástico rosa se ajustaba a la figura femenina como un guante. La parte superior era como una camiseta con mangas muy cortas y un escote amplio, y la inferior del estilo de las bermudas de ciclista.
Estaba muy buena, concluyó Dakota tras una minuciosa inspección, que no le permitió calcular el tamaño real de sus delanteras -el body las achataba-, pero sí las cualidades de su trasero; macizo y respingón pedía a gritos un buen sobeo.
—Está chulo el conjuntito —volvió a decir él, en un intento de que ella dejara de morderse la lengua y lo enfrentara. Tess giró la cabeza y lo miró como por casualidad. Él le regaló una sonrisa ladeada, y añadió—: Muy tentador.
¿Tentador? Una carcajada estuvo a punto de delatarla, que consiguió reprimir en el último instante. No podía creer el descaro de la criatura. Aquello era inédito. Simple y llanamente, increíble.
Y además, continuaba mirándola desde su moto. Se había inclinado hacia adelante, y apoyado los codos sobre el manillar, como si hubiera decidido ponerse bien cómodo. Había desafío en su mirada, sí, pero también expectación. Él no sólo quería molestarla, quería que ella respondiera al desafío.
Pues, sería una expectativa vana.
Tess se encogió de hombros y se señaló el oído derecho -el que él podía ver-.
Dakota no tuvo ningún problema en reconocer el cable blanco del MP4.
Tampoco el inconfundible hormigueo que le recorrió la espalda cuando ella cerró la puerta tras de sí, ignorándolo completamente…»

~~*~~*~~*~~*~~*~~*~~*~~*~~

© Patricia Sutherland

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4 comentarios en “Princesa, un recordatorio y un bocadito para el gusanillo romántico

  1. ¡Ay, Patricia; eres muy, pero muy mala! Nos regalas este fragmento y a mí, al menos, me dajas con unas locas ganas de leer esta historia completa.
    Te juro que estoy re-ansiosa porque llegue el 11, porque quiero completar el formulario y ver si soy una de las 30 afortunadas… ¡Ojalá que sí! (Te cuento que ya me creé la cuenta del correo en gmail y todo)

    Bueno, Patricia, ya ves, lo que leí ¡Me encantó!
    Escribes bellísimo y esos dos personajes… ¡UY! Creo que será explosiva esa relación.

    Besos,
    Bri

    • Perdón, perdón, perdón… ¡No he podido contenerme! Jajaja
      Me alegra muchísimo que te haya gustado el bocadito. Es breve, especialmente comparado con los extractos larguísimos que suelo publicar, pero cumple su función: deja entrever que, como bien dices, la relación entre Tess y Dakota es de naturaleza explosiva ;)
      Muchísimas gracias por tus palabras, Bri.
      ¡Suerte el 11!

  2. Hola linda!!
    Me imagino lo ansiosa que estarás y no es para menos con este bocadillo que nos has dejado en verdad dan muchas ganas de conocer mas la historia.
    Y ya falta super poquito para el preestreno, voy a estar atenta seguro !!
    Muy bueno !
    Besos ^ ^

    • Jajaja, Judith… ¡me has pillado en el panel de WP! Casi, casi, estamos «hablando» en directo :)
      ¡Ya lo creo que estoy ansiosa! Y me alegro muchísimo de que este bocadito (súper mini ya que normalmente no suelo bajar de las tres mil palabras por extracto cuando publico en el blog) te haya servido de aperitivo en toda regla.
      Gracias por tus palabras, por la nueva visita ¡y mucha suerte el 11!

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