Este maravilloso oficio de escribir… novela romántica

Acabé el 2010 repartiéndome entre dos actividades que adoro: pasar tiempo con la gente que quiero, y leer. Y empecé el 2011 haciendo algo que me vuelve loca: bailar hasta el amanecer (para más, en un sitio fantástico)… y ahora me siento feliz de retomar mi pasión «number one»: escribir.

Empiezan a apilarse los recortes a utilizar de base para nuevos textos, los enlaces de recursos online que explorar y compartir, los (posibles) argumentos de futuras novelas… y recupero esa sensación cómoda, tan familiar, que me indica que este es mi mundo. Vuelvo a ser Patricia, la escritora, y como me sucede desde hace años, ¡es una experiencia fenomenal!

A ésto se ha sumado el informe de «performance» de este blog durante el año pasado que he recibido de WordPress y que compartiré contigo más tarde. Aunque no dice nada que no supiera ya, me ha servido para detenerme, pensar en ello ¡y alegrarme! ¿No te sucede, a veces, que estás tan concentrada en lo que queda por hacer que pasas por alto disfrutar de lo que ya está hecho, de lo que has conseguido? Seguro que sí; es algo muy nuestro (de las chicas). 

Este principio de año, además, me está ofreciendo descubrimientos nuevos que han venido de la mano de aquella «idea loca» que tuve hace unos años y por fin pude poner en práctica el día de Navidad de 2010: hacer un «preestreno» de mi nueva novela, Princesa. Considero un privilegio que me leas -lo he dicho en más de una ocasión-, y recibo con sorpresa y agradecimiento los comentarios y correos de los visitantes. Pero lo que está sucediendo en el «pase privado» de Princesa es una novedad para mí, y me tiene completamente maravillada. De verdad que no salgo de mi asombro al comprobar qué agradecidas sois las lectoras del género, cómo os implicáis en lo que leéis y lo expresáis en vuestros comentarios. Cómo celebráis, y os afligís con los «quiebros» de las tramas, y os adueñáis de los personajes, haciendo que cobren vida más allá del papel… Pensar que yo quería haceros un regalo bien especial por Navidad ¡y resulta que el regalo me lo habéis hecho a mí! Estoy alucinando :)

Por eso este Domingo, cuando leía en la revista dominical de El País, el artículo  «Por qué escribo» de Jesús Ruiz Mantilla, no tuve ningún problema en elegir la respuesta con la que me identifico. Es de David Safier y dice así:

¿Se acuerda de cuando era niño y jugaba? ¿Inventando historias disparatadas con figuritas de indios, vaqueros o pitufos? ¿O simplemente imaginando en la bañera que era el capitán de un barco pirata que buscaba un tesoro en medio de la tormenta? ¿Se acuerda de cómo se sentía cuando jugaba con otros niños en la calle y vivían increíbles aventuras haciendo de exploradores, cazadores o agentes secretos, luchando contra dinosaurios, monstruos o supermalos que querían destruir la tierra con rayos mortales? Pues bien, todo eso es lo que yo hago todavía. Jugar con la imaginación. Cada día de mi vida. Y lo seguiré haciendo hasta que me muera. O me vuelva loco. Es lo que me gusta. Y por eso escribo. ¡Hay alguna otra cosa mejor!

Yo añadiría: «¡Hay alguna otra cosa mejor [que escribir romántica]!» :)

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10 comentarios en “Este maravilloso oficio de escribir… novela romántica

  1. Cuanta razón tienes Patricia. Estoy totalmente de acuerdo contigo, sobre todo en lo maravillosas que son las lectoras del género romántico.

    • ¡Hola, Amber, feliz año!
      Ya lo creo que sí :) ¿Sabes? Leyendo el artículo al que me refiero en la entrada y ver tantas alusiones al dolor y al «sufrimiento» que parece tan común a los escritores durante el proceso creativo, no pude evitar sentirme doblemente afortunada: para mí siempre ha sido júbilo, magia, fascinación… pero nada siquiera parecido al dolor (ni siquiera cuando hice mis pinitos con un romance paranormal, y te aseguro que eso sí que en mí, ya es decir) :)
      ¡Besos!

  2. ¡Hola, Patricia!

    Coincido en todo… escribir; crear escenarios, personajes y que éstos cobren vida; decidir qué les sucederá, qué dirán; si amarán, odiarán, reirán o llorarán… es tan mágico que muchas veces es difícil describir esa sensación; pero ese fragmento de David Safier lo define perfectamente.

    Ahora, con respecto al preestreno de Princesa… ¡Yo soy una de las afortunadas que se está deleitando con tu historia! y debo decirte que para mí es todo un honor. Como te he dicho ya, eres grande, Patricia, y un sol por hacernos este regalo y permitirnos leer esta novela que ya se adueñó por completo de mi corazón… sobre todo Dakota y su hermoso Dragón ;) ¡pero eso ya lo sabes!

    Besos,

    Bri

  3. Me encanta tu reflexión, Patricia. Mientras la escritura consiga hacernos disfrutar y nos depare ese cachito de felicidad tan difícil de conseguir, es que vamos por buen camino y recorrerlo merece la pena. Un beso enorme y feliz año.

    • ¡Qué alegrón verte por aquí, Olivia! :)
      Tienes toda la razón, el disfrute y la felicidad que te proporciona lo que escribes son un excelente baremo para medir si el camino es el correcto (¡o tienes que torcer en la primera esquina y rectificar rumbo!). Personalmente, y a pesar de todo lo aprendido -y olvidado-, cuando veo que el letrero en la autopista indica «Romántica Contemporánea – Salida a 1 km» mi gusanillo romántico empieza a dar botes de alegría :)
      Me ha encantado tenerte por aquí. Feliz año y otro beso enorme para ti.

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